Hoy echo mucho de menos mi profesión. Esa ilusión con la que me levanto cada mañana para ir a trabajar, a conocer nuevas personas interesadas en que les haga la micropigmentación de cejas, de labios, de ojos...
Echo de menos la velocidad disparada a la que voy siempre para llegar a tiempo a las diferentes clinicas y centros dónde trabajo, el bajar del coche con mis cosas para llegar y saludar a quien me reciben en el centro y me indican en que sala me toca trabajar ese día. El montar toda la sala y procurar que todo esté en orden, que presente todo un ambiente agradable y profesional. Echo de menos mirar la agenda y leer los nombres de l@s clientes sin saber nada de ell@s hasta que llegan y entran en contacto conmigo, hasta que empezamos a hablar. Echo de menos hablar con ell@s de sus temas, de sus vidas, de sus ilusiones, de sus preocupaciones... Me encanta que las personas sientan que pueden abrirse para hablar conmigo de sus opiniones, intimidades y experiencias de la vida. Me llena mucho, me encanta escucharles.
Echo de menos el momento en que empiezo a dibujar el trabajo que voy a realizar para ell@s, entregarles el espejo, explicarles el procedimiento, que se tumben, preparo la máquina, empiezo a pigmentar y entro en una especie de trance en que fluye mi lado más artistico, cada pelo que dibujo en sus cejas, cada inserción de pigmento en unos labios o en un eyeliner, calculando con todos mis conocimientos y ganas para que quede tal y como quiere la persona que tengo delante y confía en mi para que haga este trabajo que tanta ilusión y tantas vueltas le ha dado antes de decidirse.
Tengo ganas de volver a veros a todas y todos. Mi trabajo, es una gran parte de mi vida, que me llena y me entusiasma.
Pronto nos veremos, con más ganas y más ilusión que nunca.
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